lunes, 26 de agosto de 2013

¡Adiós vacaciones!


Algunos ya iniciaron su nuevo año, semestre, cuatrimestre o trimestre escolar, otros estamos a punto de eso.

¿Cuántos sentimientos encontrados en  ese momento?

Desde la alegría por volver a ver a tus compañeros de clases, y de conocer a los nuevos, hasta la ansiedad que puede llegar a producir el ser estudiantes,  algunos con su miedo escénico otros con su afán por crear problemas  y chismes (que de esos nunca faltan), los dolores de cabeza por la escases de dinero y la necesidad de útiles escolares, que el pasaje, que la mensualidad del colegio, que la merienda… que si el maestro me odia a primera vista, que si el chico o chica que te gusta se inscribió este año,  que si aumentamos de peso, que la ropa no nos sirve y hay que ir de compras… y vuelve el dolor de cabeza por la economía… y ni hablar de las pesadillas…

Por suerte, como dicen por ahí: ¡el dinero está hecho!, además hay que ayudar al planeta, si estas en la universidad seguro que alguno de tus cuadernos quedo prácticamente nuevo, ¿por qué no usarlo? Solo compra lo que realmente es necesario, uno o dos lapiceros o plumas, uno o dos lápices, los marcadores duran bastante, así que no hay necesidad de comprarlos todos los meses, no compres los cuadernos o mascotas por la portada, así salen demasiado caros además de que la calidad de las hojas es pésima.

¡Aprende a cuidar tus útiles!, cuántos han comprado un lapicero,  lo llevan a clases el primer día y luego del recreo no tienen la más mínima idea de a quién se lo prestaron, pasa exactamente igual con los lápices, sacapuntas, marcadores, borras, con todos y cada uno de los utensilios que pudiéramos necesitar a la hora de recibir el pan de la enseñanza. Así que debes estar más pendiente de a quien le prestas tus suministros. Para evitar se pierdan tan fácil y se confundan con otros pudieras hacerles una pequeña marca, decorarlos, en el caso de los lapiceros transparentes: separas el tubito que contiene la tinta del exterior del bolígrafo, con un pequeño pedacito de papel (decorado a tu gusto) con tu nombre escrito pudieras envolverlo alrededor del tubito que contiene la tinta luego vuelves a armarlo y ¡listo!

Difícilmente se vuelva a perder o a confundir con el del compañero, además así a el que lo toma prestado le sería raro no darse cuenta que tiene que devolverlo.

Si acaso te quedo algún cuaderno del periodo escolar anterior prácticamente vacío puedes sencillamente arrancar las hojas usadas y si le escribiste al cartón, pues decóralo, o fórralo, nadie lo va a notar. En el caso de que hayan sido muchas las hojas que hayas utilizado y, por tanto, arrancado, puedes reutilizar el cuaderno en una de esas asignaturas o profesores que no necesitan de mucho trabajo en cuadernos. ¡Recicla!

¡En el agobiante caso de los libros carísimos!, ¡sencillo!: ¡Biblioteca! No tienes que comprarlos, y si te toco uno de esos maestros que exigen los compren y los lleven a clases pues puedes pedirle a una persona que haya cursado esa asignatura que te lo preste, inmediatamente termines devuélvelo, eso te permitirá tener buen crédito (Así esa persona te podrá volver a prestar y de no tenerlo puede conocer a alguien que sí y recomendarte) ;).
¿Y con la ropa?, grábate que no vas a un concurso de ¿quién se viste mejor? No existe la necesidad alguna de estrenar cada semana una prenda de ropa nueva. Ten presente que todo lo hace la actitud más que lo que lleves puesto. Procura que tu ropa este correctamente limpia y planchada. Recuerda que ¡eres un ser de luz! Y que brillas, por tanto, con luz propia (no necesitas de un vestido y zapatillas de marca para ser tú y resaltar en donde estés). En la mayoría de los casos siempre se tiene una hermana (o hermano en el caso de los chicos) que calza con nosotros, con el que podemos intercambiar ropa, anda haz la prueba.

¡Sonríe! cuando lo haces nadie se fija de lo demás. Y de paso le alegras el día a los que te rodean.


¡Bendiciones!